tomé todo lo que tengo y salí.
una mochila enorme con un pantalón,
zapatillas, ojotas, remeras, un abrigo y una bufanda.
una navaja, el mate y varios libros.
una libreta para dibujar y la compu
para escribirte.
plata, pasaje y pasaporte y a andar.
andar con fecha de salida y fecha de
regreso, pero sin itinerario.
conocer a otros y conocerse a uno; sin
pensarlo demasiado y sin dejarlo de pensar.
saber que el camino fue transitado por
varios y va a ser transitado por mucho más.
saber que el camino, como el río de
Heráclito, no va a ser el mismo dos veces.
y nosotros, que lo caminamos, no vamos
a ser los mismos si lo recorremos conscientes.
saber que uno no tiene la capacidad de
procesar todo en el momento.
que se necesita tiempo para explicarse
por qué uno es tan feliz.
tener que volver, pero no irse nunca.
haber dejado pedazos de uno, llevarse
cachitos de otro.
enterarse que el mundo es infinito;
tenerlo, por un ratito, adentro de la mano.
La Higuera, Bolivia (julio 2015) |
No hay comentarios:
Publicar un comentario